12. La independencia estratégica del eje de acumulación de fuerza

La recuperación de la condición de sujeto social
de los pobres y marginados de nuestra sociedad
implica un proceso prolongado de acumulación de fuerza
de organización y desarrollo de sus capacidades políticas y militares
para poder dar forma y sustentar
el proyecto de sociedad alternativa
que resuma sus intereses y aspiraciones
que sintetice los valores de esa nueva cultura que emerge.

El proceso de acumulación de fuerza
es el desarrollo de la organización y la conciencia colectiva
es la construcción de los instrumentos sociales
que permitan expresar
en el terreno concreto de la lucha de clases
los avances logrados
en la recuperación de la condición de sujeto social.

El nudo central del proceso de acumulación de fuerza
es la delegitimación creciente
del poder de los ricos
es la subversión creciente
de la institucionalidad y el orden social
impuesto por las clases dominantes
es la construcción del poder de los pobres
basado en su propia organización
basado en su propia capacidad política
basado en su propia capacidad militar
basado sustancialmente en su independencia y soberanía.

En la confrontación total con el sistema dominante
sin independencia y soberanía en el proceso de acumulación de fuerza
no hay democracia popular verdadera
no hay realización nacional verdadera
no hay emancipación de clase verdadera.

La independencia estratégica
de la corriente popular
del movimiento popular
del poder popular
de las organizaciones populares radicales y antagónicas
con el sistema de dominación
generadas durante el proceso de construcción del poder de los pobres
es un asunto determinante para la estrategia de la revolución.
Se anuncia como uno de los sustentos más importantes
de la direccionalidad estratégica en desarrollo.

Los días de las vanguardias que conducen la revolución de sus pueblos
han terminado.
Los días del Secretario General del Partido como futuro Primer Ministro
han terminado.
Los días del Comité Central que realiza la síntesis en nombre del pueblo
han terminado.
Los días de los Partidos piramidales centralmente jerarquizados
han terminado.
Los días del militante de pensamiento uniforme y ejemplarmente disciplinado
han terminado.

Los profundos cambios ocurridos en la lucha de clases
convocan con un carácter inaplazable
a liberar las fuerzas de la revolución
a recuperar la confianza en el pueblo
a proclamar al poder popular
como único y definitivo comandante supremo de su propia revolución.

No se trata de un regreso al anarquismo primitivo.
Tan sólo se trata de asumir el hecho
que una vanguardia jamás podrá realizar la síntesis
de un proceso histórico-cultural
donde emerge y se recrea una cultura marginal
donde un colectivo de origen multiétnico y multinacional
busca reconstruir una nueva forma de adaptarse colectivamente a la realidad
para superar su condición histórica de exclusión social
en la satisfacción de su necesidad.

Tan sólo se trata de asumir el hecho
de que le centralismo democrático
y su organización jerarquizada y piramidal
constituyen conceptos demasiado estrechos
para contener expresar y reflejar
la enorme diversidad social y cultural
de los pobres marginados
y la complejidad de su demanda histórica.

Tan sólo se trata de asumir el hecho
de que la organización social del pueblo pobre
no podrá volver a ser la base de sustentación
del Partido de la revolución
y que éste ya no goza del privilegio histórico de conducir la revolución.

Ya no hay referentes históricos que imitar
ya no hay una teoría revolucionaria que aprender
ya no hay una ideología universal que aceptar.
Ya no existe un proyecto universal de cambio social
frente al cual se pueda renovar una acto de fe
en el carácter indiscutible del triunfo popular.
Ya no hay Partido monolítico disciplinado y sólidamente estructurado
que resuelva ese famoso y casi mítico “qué hacer”.

Hoy todo está por ser construído
y hay que hacer el esfuerzo para lograr la claridad suficiente
y no reconstruir las viejas estructuras
con sus viejas consecuencias
los viejos aparatos
y sus dolorosos ciclos de vida pasión y muerte de los más valientes.

Hay que hacer un esfuerzo para lograr la claridad suficiente
y construir las formas de organización
que sean capaces de generar la síntesis y conducción colectiva
del proceso de acumulación de fuerza
entre quienes protagonizan dicho proceso.

Hay que hacer un esfuerzo para lograr la claridad suficiente
que nos permita liberarnos de prejuicios y viejas inercias
y empezar a descubrir en la realidad
y a valorar adecuadamente
la nuevas formas de organización
que hoy en día comienzan a germinar.


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