Esta particular manera de ver el mundo
es fruto de quienes han tenido que aprender
a resolver los desafíos de la existencia
en una realidad determinada por la exclusión.
Es fruto de quienes han tenido que aprender a sobrevivir
en un orden social en el cual
la satisfacción plena de sus necesidades
históricamente no han encontrado respuestas adecuadas.
Esta cultura marginal y popular
que con sus explicaciones mitológicas de la realidad
transgrede los límites del racionalismo propio del pensamiento occidental
que con los logros de su medicina desafía la exactitud de la ciencia
que con sus experiencias estéticas subvierte la esencia de la dominación
representa tal vez el nivel más básico de resistencia popular.
Es lo que queda cuando el despojo alcanza su mayor profundidad
y se desestructura la organización social
y se carece de proyecto
y se pierden los avances históricos
en la recuperación de la condición de sujeto social.
Esta cultura marginal y popular
surgida como producto de los complejos fenómenos
propios de la dominación de clase
propios de la exclusión social permanente
representa el punto de partida
en el largo camino de reconstrucción de la identidad popular.
De ahí la necesidad de liberarla de los estigmas
de los complejos de clase
con que el patrón la ha encarcelado durante siglos.
El desarrollo del arte y toda experiencia estética
propia de los sectores pobres y marginados de nuestra sociedad.
La valorización permanente de aquellas formas de conocimiento
surgidos de la experiencia y la necesidad cotidiana.
La recuperación de la memoria histórica
de las luchas de los pobres de todos los tiempos.
El fortalecimiento y desarrollo de las culturas particulares
de nuestras étnias originarias sobrevivientes
constituyen los pilares fundamentales
de la lucha y defensa ideológica de los pobres.
Constituyen la principal barrera de contención
contra el avance del proyecto globalizante de la modernidad.
La valoración del arte y el mito
de la sabiduría del pueblo y su memoria colectiva
tienen una importancia sustancial para el proceso
a través del cual el pueblo pobre y marginado
recupera su condición de sujeto social.