El capitalismo transnacional avanza en el mundo
con una tendencia a generar una clase privilegiada
educada tecnologizada y eficiente
cuya alta productividad le permite acceder en parte
al supuesto bienestar que brinda la modernidad.
Una élite mundial deshumanizada
que no reconoce origen pertenencia ni identidad
que en su desmedido afán de producir y consumir bienes
no respeta ni a la naturaleza ni a la humanidad.

El hombre exitoso de la cultura de la modernidad
individualista agresivo y ambicioso
encarna un factor cultural
que contradice la esencia gregaria de la humanidad
que contrapone al hombre con su entorno
destruyendo el equilibrio natural.

El nuevo orden mundial con la transnacionalización
de las tres fases del ciclo de acumulación del capital
es la etapa superior de desarrollo
de la lógica antinatural de la acumulación
es la expresión más intensa de irracionalidad
conocida en la historia de la humanidad
es la síntesis inmoral de la ambición desmedida del hombre
que condena a su propia especie
y destruye su entorno natural.

Lo que hoy está en juego
es algo más complejo que la propiedad de los bienes
la obtención de un salario justo
la recuperación o ejercicio de un derecho.
Esta vez no se trata sólo
de cambiar las relaciones sociales de producción
de cambiar el carácter del Estado y la institucionalidad
de construir un nuevo modelo económico.

Esta vez no se trata tan sólo
de desalojar del poder a un burgués explotador
de reemplazar el capitalismo
por la visión del mundo que entregan
los fundamentos del marxismo.
El desafío revolucionario del presente
se anuncia con una amplitud más grande y compleja
que lo que estos elementos en el pasado llegaron a contener
con una profundidad mucho mayor
que hoy todavía no alcanzamos a dimensionar en toda su magnitud.

La revolución del próximo siglo
la de los pobres y marginados de Latinoamérica y el mundo
se anuncia como una confrontación cultural gigante
donde el hombre recupera
una visión de sí mismo de la naturaleza y el universo
coherente con sus necesidades.

Se anuncia como el proceso histórico
donde el hombre reconstruye las múltiples expresiones de su cultura
de acuerdo a las múltiples diferencias de su realidad
donde el hombre recupera el sentido de pertenencia
su memoria colectiva su identidad social
recupera su condición de animal gregario
para pertenecer a una comunidad
donde junto a los otros hombres
logra la satisfacción de su necesidad
y se vuelve a armar de un orden social nuevo
que le permitan obtener en justicia y en paz
los bienes necesarios para cumplir su destino natural
recuperando la posibilidad de continuar la existencia de la especie
en armonía con el ecosistema universal.

La revolución del próximo siglo
se anuncia como un largo y complejo camino
donde se contruyen y desarrollan nuevos valores
donde desde la marginalidad y la pobreza
emerge una nueva cultura de la solidaridad
y un nuevo hombre capaz de reflejar un cambio radical
en la manera de entender al hombre la naturaleza y el universo
fundada en el irrestricto respeto a las diferencias
con que el hombre se adapta a las diferencias de su realidad
fundada en la recuperación de la armonía entre la naturaleza y la humanidad.

iniciar y recorrer el camino que nos lleve a construir esa nueva sociedad
en la más abierta y total confrontación
con la cultura globalizante y criminal del capital
recupera el sentido de la vida para los que hoy sufren
los levanta del sometimiento la marginalidad y la pobreza
para recuperar la dignidad de su condición humana
proyectando al ser humano a los límites infinitos
de los sueños y el amor.