LA CONTRAREVOLUCIÓN DE 1973-1986
HIZO RETROCEDER
LA CONCIENCIA Y LA ORGANIZACIÓN
DEL PUEBLO POBRE
A LOS NIVELES MÁS BÁSICOS
CONOCIDOS ESTE SIGLO

El nuevo ciclo de acumulación de fuerza
iniciado esta vez por el pueblo pobre marginado
comienza desde una condición de extrema adversidad
no sólo por el contexto nacional e internacional en que se origina
sino especialmente
por el profundo grado de desintegración
de la organización y la conciencia
con que el pueblo sale de la última crisis nacional.
La reducción del antiguo movimiento popular chileno
casi a la categoría de una mera estadística
se ve reflejada en los siguientes elementos:

-La casi total ausencia
de organizaciones populares independientes, radicales
y antagónicas con el sistema de dominación.

-La crisis estructural que afecta al sindicalismo chileno
sobreviviente al anterior periodo de acumulación de fuerza
el que otrora fuera el eje de organización del movimiento popular
hoy se encuentra seriamente limitado y “descolocado históricamente”
para liderear la defensa
de los complejos intereses del pueblo pobre
en las nuevas condiciones de la lucha de clases.

-La existencia de una vasta red de organizaciones populares,
financiadas controladas dirigidas y protegidas
por la actual institucionalidad
como proyección de las funciones contrainsurgentes del Estado
presentes en todo el mundo popular,
constituyendo una formidable barrera
donde las demandas populares se agotan
sin generar ninguna forma de organización autónoma e independiente.

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