Durante este período
caracterizado por el crecimiento de la economía con los altos índices de inflación
fue posible establecer un amplio márgen de negociación del valor de los salarios
proceso en el cual se compromete directamente el Estado el patrón y el obrero
(las comisiones tripartitas en la negociación colectiva)
El capitalismo chileno fue capaz de institucionalizar al movimiento sindical
despojándolo del carácter antagónico y libertario
con que fuera fundado a principios de siglo
promoviendo mediante la Constitución y la ley
un sindicalismo obligatorio unitario y representativo
que en gran medida hizo del obrero organizado
-comprometido profundamente en el respeto a la institucionalidad-
un interlocutor formal y disciplinado con quien negociar
condiciones favorables para el desarrollo de su estrategia industrializadora
logrando que por un período prolongado de tiempo
no se viera amenazado el conjunto del sistema de dominación
Este sindicalismo domesticado
carente de la independencia y capacidad de elaboración teórica
que tuvieran los lúcidos dirigentes anarquistas que lo fundaron
fue capaz de acumular garantías y derechos laborales por muchos años
sin alzarse con una propuesta antagónica y radical frente al sistema de dominación
Siendo el eje principal en torno al cual se organizó
el movimiento popular chileno por más de 5 décadas
llegó a alcanzar su mayor grado de desarrollo en el gobierno popular de 1970-1973
con el proyecto reformista “La vía chilena al socialismo“
que intentó reformar gradualmente las estructuras sociales de la dominación
utilizando la institucionalidad creada por la clase dominante.