La especialización del capiatl en determinadas áreas de la economía
y el compromiso estable de sus desarrollo
estimuló la formación de organizaciones obreras permanentes
y el desarrollo de organizaciones y demandas por sector
(las confederaciones y sindicatos interempresa)
involucrando a grandes cantidades de trabajadores en conflictos comunes
(metalúrgicos, textiles, bancarios, mineros, transportes, salud, educación, etc.)
La intervención directa del Estado en la negociación del valor de la mano de obra
la participación de comisiones tripartitas en las negociaciones colectivas
con representación del Estado, el patrón y el obrero
contribuyó a la institucionalización mediante leyes de las conquistas laborales
haciendo porsible la acumulación creciente de garantías y derechos
elevando gradualmente el piso de la negociación entre el trabajo y el capital
dando forma a las llamadas “conquistas históricas de la clase obrera”
La ampliación creciente de las libertades democráticas durante el período
hizo posible que en Chile se promoviera mediante la ley
un sindicalismo realmente obrero unitario y obligatorio
que estructurado a nivel nacional
llegó a ser uno de los más fuertes de America Latina