Miguel Enríquez,
Compañeros
Compañeros trabajadores,
Compañeros dirigentes de las organizaciones de masas,
Compañeros dirigentes de otras organizaciones políticas,
Compañeros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria,
Trabajadores de todo Chile.
En las últimas semanas el país ha sido sacudido por graves y agudos conflictos. La lucha de
clases se ha agudizado, mostrando al desnudo las contradicciones de la sociedad. En una
rápida sucesión de hechos y choques, los trabajadores han ocupado finalmente el lugar
protagónico en el escenario de la lucha política.
La clase obrera y el pueblo, atrincherados en los fundos y fábricas, enfrentan a sus
enemigos de clase que les acechan y amenazan.
Nos reunimos nuevamente en este Caupolicán para recoger la experiencia de estos días,
analizar los acontecimientos y fijar los próximos objetivos. Pero éste no es solo un acto de
análisis, éste es un acto de preparación para los próximos enfrentamientos, éste es un acto
de combate, éste es un llamado a la clase obrera y al pueblo a reafirnar su posición combativa y a reemprender con más fuerza que nunca la lucha sin cuartel contra las clases
patronales, contra Frei, contra Jarpa, contra los enemigos del pueblo.
Aquí, aquí señalaremos nuestra política y nuestra táctica para esta coyuntura y los
próximos combates.
Las clases patronales pondrán el grito en el cielo, que chillen. Hay intereses de clases, poder
y riqueza que ellos quieren conservar y que nosotros enpujamos a los trabajadores a
arrebatárselos.
Pero hay también otros en la izquierda que han pretendido cuestionar el derecho del MIR a
proponer una táctica a las masas. Lo que señalaremos es la táctica que el MIR propóne a la
clase obrera,y al pueblo y al conjunto de la izquierda. Esta es la táctica que un extenso
sector de los trabajadores ha venido impulsando, y es la táctica que el MIR impulsará, le
guste o no le guste a la clases patronales y a los vacilantes.
Del fracaso del freísno surgió el golpismo de hace días. Casi una decena de tanques con
algunos oficiales reaccionarios a la cabeza, detrás de las banderas del Partido Nacional y de
la ultrareacción Demócrata Cristiana, asesinaron cobardemente a civiles el viernes 29. Por
eso, basta ya de hablar del comandante Sauper, de tribunales de honor, cuando de lo que se
trata es de criminales y delincuentes que en vez de cortaplumas contaron con tanques. De lo
que se trata es del grupo armado del Partido Nacional que asaltó La Moneda, utilizando
tanques que fueron comprados con el trabajo de obreros y campesinos.
Lo que aquí fue mancillado no fue la institucionalidad ni el honor de algunos oficiales, sino el honor del pueblo y la vida de más de dos decenas de soldados y trabajadores.
Todo el que dispara contra el pueblo será marcado históricamente como asesino del pueblo,
tenga o no tenga uniforme !!!
Aplastado el intento golpista por las Fuerzas Armadas, algunos oficiales honestos, suboficiales y carabineros, y por el inmediato cerco que los trabajadores tendieron alrededor de Santiago. La clase obrera, consciente que el problena no estaba resuelto, continuó y profundizó su contraofensiva. Se ocuparon centenares de fábricas y fundos, se controlaron las poblaciones, se incorporaron los estudiantes y se miltiplicaron y fortalecieron los Comandos Comunales, tomó impulso la organización de defensa de los trabajadores y se desarrolló y fortaleció el Poder Popular. La clase obrera y el pueblo comprendieron que este era un momento de aumentar rapidamente su fuerza, tomar más posiciones, de strucrurar su fuerza en el poder popular, única institución capaz de multiplicar sus energías y de fortalecer la alianza revolucionaria de clases.
Por eso, por encima de la presión reaccionaria, no es éste el momento de cuestionar o
limitar el desarrollo del Poder Popular, como hacen algunos vacilantes de la izquierda.
Dejemos que griten los politicastros reaccionarios, aterrados con el desarrollo del podr
popular !!!.
Pese a todo, a lo largo y ancho del país se oye un solo grito que resuena en las fábricas,
fundos, poblaciones y liceos, en los cuarteles del pueblo: el llamado a crear, a crear,
fortalecer y multiplicar el Poder Popular; el poder de los comandos comunales, el poder de
los obreros y los campesinos, el poder de la revolución.
Las clases patronales, los Frei, los Aylwin, después de abortado el intento golpista salieron de sus escondrijos, rompieron su silencio cómplice sólo para combatir las organizaciones de fuerza, de poder y combate de los trabajadores, que habian sido las que habían organizado la lucha contra el golpismo y la defensa de sus libertades.
El cinismo y el descaro reaccionario no tienen límites. Después que un grupo armado del
Partido Nacional desde los tanques bonbardeó La Moneda y asesinó a trabajadores, la
Democracia Cristiana y el Partido Nacional se permiten acusar a los trabajadores de
organizar grupos armados y exigen su disolución, represión y aplastamiento, amenazando
con declarar inconstitucional al gobierno y derrocarlo si éste no cumple con la "honrosa"
tarea de reprimir las organizaciones populares. Que no se equivoquen los reaccionarios!!
La clase obrera y el pueblo no aceptarán estos chantajes, no darán un paso atrás y seguirán
multiplicando y fortaleciendo sus organizaciones de poder, sus órganos de combate, griten
lo que griten, reclamen lo que reclamen Frei y sus secuaces..
Así llegamos a la situación actual. Vivimos un momento en que el enfrentamiento social y
político se ha agudizado en grado extremo. Dos enormes bloques sociales se han
constituído. Por un lado la clase obrera y el pueblo, extensamente activados y movilizados,
que dió un salto enorme en organización y conciencia, que desarrolló importantemente su
capacidad de defensa, que tomó la iniciativa y tomó nuevas posiciones en fábricas y fundos,
levantando un poderoso dique al golpismo y al chantaje junto a los suboficiales, soldados y
carabineros y junto a los oficiales antigolpistas.
Por otro lado, las clases patronales, que al quedar al descubierto, sin banderas, desarnadas
politicamente, sin base popular, se atrincheraron en la institucionalidad y desde allí
comenzaron a presionar y a mover sus influencias en la alta oficialidad reaccionaria para
que las Fuerzas Armadas actuaran abiertamente en la defensa de sus intereses.
Los reaccionarios abrieron un proceso de deliberación en los cuarteles, incitando al golpismo, cuyas manifestaciones más inmediatistastas fueron abortadas por la suboficialidad y por la oficialidad antígolpista.
Era el momento de dar un salto adelante en la contraofensiva, de extender la toma de
posiciones y de golpear a las clases dominantes. La clase obrera y el pueblo así lo
entendieron y lo pusieron en práctica. Vacilaciones en el gobierno no acompañaron esta
disposición ofensiva de los trabajadores en lo inmediato; ello permitió a las clases
patronales readecuar su táctica.
Emplazamientos y exigencias al gobierno para llevarlo con la ilusión de una posible
negociación, tomar medidas o tolerararlas, que permitieran a las clases patronales
fortalecerse y desarticular a los trabajadores. Combinaron una estrategia golpista con una
táctica de emplazamiento y chantajes, atrincherados en la institucionalidad burguesa,
desde sus posiciones en la Justicia y en la Contraloria.
Desde el Parlamento amenazan con acusar constitucionalmente al gobierno y así sembrar la
anarquía en las Fuerzas Armadas si el gobierno no se somete a sus exigencias. Empujan a la
alta oficialidad reaccionaria a realizar emplazamientos al gobierno.
Frei, el misno que ayer no más pontificaba acerca del carácter profesional y apolítico que
debían nantener las Fuerzas Armadas, personalmente pasó la semana pasada incitando a la
deliberación, a emplazar al gobierno, y al golpismo a altos oficiales reaccionarios.
Disfrazan su golpismo en declaraciones emplazatorias del Parlamento, de chantaje, de
Alwyn en el Senado, o de acuerdos de ilegalidad en la Cámara de Diputados. Todo esto está
orientado a presionar al gobierno para que éste tome medidas que dividan y desarticulen a
los trabajadores, que afirmen a los mandos reaccionarios, que dividan en definitiva a la
izquierda para así desplazar y desarticular toda posible resistencia a sus planes golpistas.
Frei aspira a recuperar completanente el control del gobierno y para ello necesita
previamente desarticular y dividir toda posible resistencia a sus golpismos; intenta con sus
chantajes obligar a este gobierno que le haga parte del trabajo sucio de reprimir a sectores
del pueblo. Trabajan sobre los sectores más vacilantes de la izquierda, sembrando en ellos
ilusiones en acuerdos posibles. Quieren tentar a ésos a seguir su juego, a llegar a
entendimientos que paralicen y desarticulen la lucha del pueblo y de la izquierda, para
después de ello dejarles caer la mano de hierro del golpismo reaccionario.
Que entienda el señor Frei y todos los reaccionarios que podrán engañar a los vacilantes y
a los reformistas más recalcitrantes, pero la clase obrera que los conoció en El Salvador y
Pampa Irigoyn. Al pueblo que los vió dar luz verde al asesinato a Schneider y a los tanques del Viernes 29, al pueblo y los
revolucionarios, Frei y sus secuaces no los lograrán engañar jamás.
Fueron grupos armados del Partido Nacional con la venia del freismo los que no hace
quince días bonbardeaban La Moneda, asesinaron a Moisés Huentelaf en Cautín, al obrero
Ahunada en Santiago desde el local del pártido Demócrata Cristiano. Son los que han
puesto centenares de bombas en los últimos días, los que asesinaron a un general en 1970,
los que ametrallaron a nuestro compañero Nilton da Silva en Santiago.
Que hipocresía y que cinismo las de estos politicastros que denuncian y exigen la represión
al pueblo para ocultar sus propios crímenes. Qué inconcebible lo que ocurre en este país y
en esta democracia. Mientras el propio Pablo Rodríguez, el cobarde, mientras este mismo
cobarde reconoce públicamente que otras unidades militares estaban comprometidas en el
intento golpista y el mismo ejército afirma hoy día que la derecha se robó seis
ametralladoras pesadas con seis mil tiros del Regimiento Maturana, hay sinvergüenzas que
exigen que las Fuerzas Armadas repriman a supuestos grupos armados entre los trabajadores y la izquierda. Antes de exigir nada, el señor Frei debe explicar al país qué sabia
del intento golpista del 29. Antes de chantajear a nadie, el señor Frei debe informar a todo
el país a qué ha incitado a algunos altos oficiales con los que se ha contactado los útimos
días.
Los reaccionarios exigen la promulgación de la refonra constitucional Hamilton-Fuentealba, es decir la devolución de empresas. La clase obrera y el pueblo han
promulgado en los hechos ya su propia ley. Los trabajadores ya decidieron de quien son las
atribuciones, que son suyas, para incorporar empresas al área social.
La clase obrera y el pueblo ya decidieron cuáles son las empresas que quedarán en el área
social y cuáles quedarán sujetas al control obrero.
La clase obrera en su lucha ocupó las fábricas y no serán politicastros golpistas forrados en
las banderas de la denocracia y en dólares extranjeros los que vengan a imponer sus
condiciones a los trabajadores. Dirán los reaccionarios que ésto es trasgedir las Leyes, la
Constituctón y el Derecho. Si que lo es !!! las constituciones expresan intereses de clase y
correlaciones de fuerza. Aquí en Chile la clase obrera está levantando sus propias leyes, y la
constitución tendrá que ser modifícada en favor del pueblo.
Los pueblos tienen el derecho a hacer sus propias leyes, y la clase obrera y el pueblo están
construyendo sus propias leyes y echando las bases de una Nueva constitución, de una
nueva Legalidad Revolucionaria, de esa legalidad que se construye en el combate y en la
lucha.
Los reaccionarios exigen la devolución de las fábricas ocupadas. Con eso quieren
desarticular a la clase obrera, dividir al pueblo. La clase obrera en las fábricas, en los
comandos y cordones, exige-y se hará respetar- el paso de todas las grandes empresas al
área social, el control obrero en la pequeña y mediana y la dirección obrera en las empresas
del área social.
La clase obrera ha notificado a la Democracia Cristiana, al Partido Macional, a los Jarpa, a
los Bulnes, a los Frei, a los Alwyn, que no aceptará la promulgación de la reforma
Hamilton-Fuentealba y que es ella, la clase obrera, la que decidirá qué empresa pasa al area
social y qué empresa no pasa.
Algunos vacilan ante el emplazamiento reaccionario. Sostienen que es necesario llegar a
acuerdos con sectores del campo contrario para ganar tiempo, que de otra manera el
enfrentamiento estallará de inmediato. Esto no era cierto hace unas semanas; tampoco lo es
hoy. La correlación de fuerzas para un levantamiento golpista inmediato no favorece a la
clase patronal. Parte importante de los mandos son antigolpistas y la oficialidad
antigolpiata y la suboficialidad se han demostrado capaces de sofocar intentos sediciosos.
La clase óbrera y el pueblo están hoy, como nunca antes habían estado, fuertes en
organización y disposición al combate tras la defensa de sus intereses y conquistas. Las
otras capas del pueblo día a día se incorporán con más fuerza y decisión imponiéndole a la
izquierda en su conjunto la reagrupación y la acción común en la base. Ahora, si la ofensiva
de las masas en curso, lograra también imponerle una acción decidida al gobierno, esta
fuerza puede multíplicarse y ganarse el tiempo de la única forma que es posible hacerlo:
arrinconando al enemigo, paralizándolo. Quienes frente al emplazamlento reaccionario
busquen dar una salida intermedia, de conciliación o consenso, fracasarán en su objetivo;
desarticularán y dividirán a los trabajadores y a la izquierda. Por eso es inútil el diálogo
con el partido Democrata Cristiano. Este es un partido burgués, en el que predomina la
táctica reaccionaria del freísno. Si en él hay corrientes antigolpistas, estas no serán ganadas
por los trabajadores por medio de concesiones. Estas concesiones terminarán fortaleciendo
al freísmo.
Los revolucionarios deben tratar de ganarse a los trabajadores demócrata cristianos, pero a
través de la denuncia del carácter reaccionario de su partido, impulsando el programa
revolucionario. No es posible dialogar con quién chantajea y amenaza con reprimir a los
trabajadores y derrocar al gobierno.
La tarea es llamar a la clase obrera a estrechar sus propias filas. Desde allí resistir los
emplazamientos, conquistar nuevas posiciones y desde éstas los trabajadores podrán
emplazar a los patrones, derrotarlos y aplastarlos.
Por eso la clase obrera no quiere un gobierno ni un gabinete de diálogo, sino que exige que
el gabinete y el gobierno sean instrumentos de lucha y de combate. No es éste el momento
de cuestionar las tomas o de limitar el desarrollo del Poder Popular.
Este es un momento histórico fundamental en el que las grandes tareas son atajar al
golpismo, enfrentar al emplazamiento, neutralizar a los vacilantes, empujar y profundizar
una vigorosa y resuelta contraofensiva revolucionaria y popular. No hay otra alternativa
para los revolucionarios. Puede haberla para los reformistas más recalcitrantes, pero para
eso la historia sabrá marcarlos de acuerdo a su conducta.
La situación ofrece dos caminos: la capitulación reformista o la contraofensiva
revolucionaria, y si esta última desencadenara un intento golpista habra fuerza de sobra
para aplastarla.
Toda forma de capitulación en fin de cuentas conducirá rnás temprano que tarde al
aplastamiento de los trabajadores a través de un dictadura reaccionaria y represiva.
Dos tácticas se ofrecen a la clase obrera y al pueblo.
Una que establece que no es posible profundizar la ofensiva popular pues encendería de
inmediato el enfrentamiento. Que es necesario ganar tiempo. Que se mantiene al interior de
la institucionalidad burguesa a la que no dejan de criticar pero al no dar una salida
alternativa a ésta se abren al diálogo con sectores del campo contrario, lo que sólo pueden
construir devolviendo empresas y haciendo concesiones. Esta táctica está
irremediablemente condenada al fracaso, pues buscando aliados en el campo contrario los
perderá en el propio.
La otra táctica es la táctica revolucionaria. Es la táctica que han puesto en práctica la clase
obrera y el pueblo en la semanas recientes La táctica revolucionaria consiste en reforzar y
ampliar la toma de posiciones en fábricas, fundos y distribuidoras, no devolver las
empresas tomadas, incorporarlas al área social bajo dirección obrera, imponiendo en la
pequeña y mediana industria el control obrero, desarrollando la fuerza de los trabajadores
fuera de la institucionalidad burguesa, estableciendo el Poder Popular en los Comandos
Comunales, en los comités de defensa, multiplicando y extendiendo la ofensiva popular
incorporando a ella a los pobladores, campesinos y estudiantes, extendiendo la movilización
a todo el país, desarrollando la alianza de los trabajadores con los soldados y suboficiales,
con los oficiales antigolpistas, rescatando la base obrera y popular de la Democracia
Cristiana, fortaleciendo la alianza revolucionaria de la clase obrera y el pueblo, impulsando
la reagrupación de los revolucionarios y la acción común de la izquierda por la base. La
tarea inmediata de esta táctica revolucionaria es profundizar y ampliar la contraofensiva
popular y revolucionaria en curso, y para ello proponemos la realización de un Paro
Nacional por 24 horas.
Proponemos la realización de este Paro a todas las organizaciones populares de este país, a
la Central Unica de Trabajadores, a los Comandos Comunales, a los Consejos Campesinos,
a las Federaciones campesinas y estudiantiles, a todos los trabajadores. Proponemos qúe
este Paro notifique de una vez por todas a los golpistas que la clase obrera y el pueblo
aplastarán todo intento golpista.
Proponernos este Paro para notificar a los reaccionarios que la clase obrera y el pueblo
resistirán y enfrentarán toda forma de emplazamiento y chantaje. Un Paro que notifique a
los politicastros y reaccionarios que la clase obrera y el pueblo no acepta la promulgación
de la reforma constitucional Hamilton-Fuentealba, pues la clase obrera ya pronulgó su ley y
está decidida a no devolver ninguna empresa.
Un Paro nacional que rechace las triquiñuelas de los Frei, Pareto, Aylwin, Jarpa y Bulnes,
que pretenden colocar al pueblo y al gobierno en la ilegalidad. Un Paro nacional de
carácter distinto un paro que organize fortalezca y multiplique los comandos comunales en
todo el país, incorporando a todas las capas del pueblo.
Un Paro Nacional que exija medidas inmediatas contra todos los oficiales golpistas y la
remoción de los mandos comprobadamente comprometidos en la sedición y el chantaje
reaccionario. Un Paro Nacional que levante como el derecho legitimo de la clase obrera y el
pueblo la organización de sus propios órganos de vigilancia, protección, defensa y lucha.
Un Paro nacional que exija la solución de los problemas de los ingresos de los trabajadores
y de las Fuerzas Armadas a costa de la ganancia capitalista.
EL MIR no pretende atribuirse la paternidad de esta proposición No hemos hecho otra
cosa que recoger la proposición que hicieron los Comandos Comunales, sectores de
vanguardia de la clase obrera y el pueblo.
Llamamos al resto de la izquierda y al conjunto de las organizaciones populares a impulsar
un Paro Nacional, como la mejor forma táctica de profundizar la contraofensiva en curso.
La clase obrera y el pueblo deben impulsar el programa revolucionario del pueblo,
fortalecer el Poder Popular y luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas. La
clase obrera y el pueblo deben luchar por resolver los problemas de ingresos y de
desabastecimiento de las Fuerzas Armadas, por terminar con las restricciones a éstos en sus
derechos ciudadanos y porque tengan la posibilidad de incorporarse a las organizaciones
populares.
Los trabajadores hoy enfrentan un programa reaccionario, el programa de la explotación y
la miseria. Un programa general de hace dos años no es suficiente. El único programa que
se ha demostrado eficaz es el que hoy levantan extensos sectores de los trabajadores, es
programa revolucionario de pueblo: Programa que multiplica la fuerza y el poder de los
trabajadores.
No será sólo con un programa económico de emergencia o con la batalla de la producción
con la que se resolverá la actual crisis. El país vive una crisis política, y sin resolver ésta no
será posible resolver los problemas económicos. Sólo enfrentando las posiciones de poder
político que hoy controlan las clases patronales desde el Parlamento, la Contraloría y la
Justicia. Por eso es hoy más necesario que nunca impulsar la lucha contra el orden burgués
y luchar por generar los Tribunales del Pueblo, la Asamblea del pueblo y el Poder Popular.
Los reaccionarios, y en especial el freísmo, están exigiendo desde hace algunos días la
represión a nuestra organización, al Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Ni nos
atemoriza, ni nos sorprende. No es la primera vez que el freísmo se juega por la represión,
la tortura y la cárcel en contra nuestra. Les advertimos que no nos encontrarán como a sus
ahijados politicos de Patria y Libertad pidiendo asilo en las embajadas. Les decirnos que
hoy reprimir al MIR es reprimir a un contingente importante de la clase obrera y el pueblo,
y que, entonces, nos asistirá el derecho a levantar las formas de lucha que se correspondan
a la nueva situación.
Si la contrarrevolución tomara la forma del golpismo desatado o del emplazamiento militar
violento, los revolucionarios y los trabajadores deben de inmediato extender las tomas de
fábricas y fundos, multiplicar las tareas de defensa, impulsar el Poder Popular como
gobierno local autónomo de los poderes del Estado. Los suboficiales, soldados y carabineros
deberán desobedecer las órdenes de los oficiales golpistas y en ese caso todas las formas de
lucha se harán legítimas. Entonces sí que será cierto que los trabajadores con los soldados,
los marineros, los aviadores, los carabineros, los suboficiales y los oficiales antigolpistas
tendrán el derecho a construir su propio ejército: el Ejército del Pueblo.
Companeros trabajadores,
Vivimos momentos definitorios. Las conquistas y el futuro de los trabajadores están
amenazados. La lucha de clases es siempre una guerra encubierta. La contrarrevolución
burguesa se propone hoy en Chile hacerla estallar. El pueblo no se dejará amarrar las
manos. La clase obrera y el pueblo están en disposición de combate, están decididos a
defender sus conquistas y están más decididos hoy que nunca a conquistar su futuro.
El pueblo emplaza su fuerza, desarrolla el Poder Popular, multiplica los Comandos Comunales y levanta la organización de su defensa.
Compañeros
el pueblo debe prepararse para resistir,
debe prepararse para luchar,
debe prepararse para vencer !!!
Trabajadores de Chile
Adelante con todas las fuerzas !!!
Adelante con todas las fuerzas de la historia !!!