La autonomía en la designación de sus mandos
el fortalecimiento de sus capacidades industriales y comerciales
el manejo independiente de sus relaciones políticas e internacionales
la contratación de un gran número de científicos y técnicos
la elevación del nivel académico de sus universidades
y centros de investigación social y tecnológica
el aseguramiento de financiamiento estratégico a largo plazo
(en forma independiente al presupuesto nacional)
es establecimiento y ejercicio de sus propias normas de justicia
el desarrollo de un moderno sistema de salud
(al servicio exclusivo de sus integrantes y colaboradores)
el desarrollo independiente de un eficiente sistema de previsión
el ascenso social y mejoramiento económico de su cúpula dirigente
hoy comprometida directamente en las actividades económicas
más rentables del país
la existencia de una representación parlamentaria
por la vía de los senadores designados y los oficiales en retiro
son algunas de las características que definen y hacen posible
el nuevo rol que juegan en nuestra sociedad.
Las Fuerzas Armadas chilenas
hace largo tiempo ya que dejaron de ser el mero “brazo armado de la burguesía”
para convertirse en protagonistas fundamentales del sistema de dominación.
Con una doctrina de seguridad nacional
que las subordina servilmente al capital transnacional
se han comprometido decididamente
en el proyecto de refundación capitalista de Chile
transformándose en una organización político-militar
con capacidad de intervención directa y permanente
en todos los ámbitos de la vida nacional.